Es bastante conocida la curiosidad que despiertan los enigmas y misterios que ocultan algunos objetos que utilizamos en forma cotidiana. Tal es el caso, entre otros, de los billetes. Y puntualmente en esta oportunidad, del famoso “Jackson” de 20 dólares estadounidenses.
Debe su nombre a que en su anverso figura la imagen de Andrew Jackson, Presidente de los EE.UU (1829-1837) y en su reverso figura la Casa Blanca; en el pasado se lo denominaba “doble sawbuck” ya que era el doble del billete de 10 dólares o “sawbuck” tal como se lo conocía a este último a principios del siglo 20.
La moneda de 20 dólares, en cambio, era conocida como “doble Eagle” y su nombre la fijó un acto en el Congreso.
El billete de 20 dólares es considerado el de mayor cuantía, por ello es el más utilizado por los estadounidenses; se calcula que la vida útil o “tirada media vida” de estos billetes es de 2 años para luego sustituirlos por el desgaste natural. Son dispensados como todos los demás en los cajeros automáticos así como también en el control de retirada o cobro.
El enigma del billete de 20 dólares
Luego del horroroso atentado del 11 de Setiembre del 2001 sufrido a las Torres Gemelas y al Pentágono en los EE.UU, surgieron múltiples versiones a cerca de los misteriosos “mensajes ocultos” en los billetes norteamericanos, en especial en el que nos ocupa esta nota.
Uno de ellos es el que refiere a que si sometemos al papel billete a diversos dobleces lograremos visualizar los atentados mencionados así como también el nombre de su autor, “Osama”.
Otro es que puede representar a una parte de las famosas predicciones de Nostradamus:
…” a cinco y cuarenta grados el cielo arderá
cuando el fuego se aproxime a la ciudad nueva.
Entonces la gran llama saltará esparcida
Cuando los hombres del norte sean puestos a prueba…”