Los fondos de pensiones de Colombia compraron cerca de 700 millones de dólares durante abril y podrían adquirir 5.000 millones de dólares en 12 meses luego de que el Gobierno les pidiera diversificar su cartera, lo que ayudaría a depreciar el peso.
El anuncio gubernamental devino en un proyecto de decreto, que se encuentra actualmente en estudio y que el ministerio espera tener listo en junio.
El Gobierno adoptó en abril una serie de medidas encaminadas a contrarrestar el impacto de la apreciación del peso sobre la actividad económica, que incluyó reducción de costos y eliminación de impuestos a las empresas, exenciones arancelarias y el anuncio sobre las AFP.
La iniciativa, según el Gobierno, tiene como propósito principal una mayor inversión de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) en activos externos para desconcentrar el riesgo de sus portafolios.
Aunque la moneda colombiana acumula una caída del 4,2 por ciento en lo que va del 2013, actualmente cotiza en 1.842,59 unidades por dólar, por debajo del nivel de equilibrio buscado por el Gobierno de entre 1.900 y 1.950 unidades por dólar.
Con las compras realizadas en abril, la participación de los activos externos en las cartera de las AFP pasó de un 6 por ciento a un 7 por ciento.
Por otra parte, la junta directiva del Banco Central mantendría por segundo mes consecutivo su tasa de interés de referencia en el actual nivel de un 3,25 por ciento, en la reunión del 31 de mayo, si los últimos datos que se conozcan antes del encuentro no han tenido cambios negativos importantes.
El Gobierno por su parte, reiteró que la economía colombiana se expandirá un 4,8 por ciento, considerado el nivel potencial de crecimiento, por lo que no se necesitarían medidas adicionales para impulsar la actividad.
El banco emisor redujo entre julio del 2012 y abril pasado su tipo de interés de referencia en un total de 200 puntos base para impulsar el dinamismo de la economía, que el año anterior desaceleró su expansión a un 4 por ciento desde un 6,6 por ciento de 2011.
El recorte de la tasa comenzó a reflejarse en el número de préstamos bancarios, especialmente en los hipotecarios, cuyos rendimientos se encuentran en mínimos históricos, pese a lo cual Cárdenas descartó que pueda alentarse una burbuja crediticia.